EL ENEMIGO INTERIOR
Soraya
Geijo
No entiendo por qué todos se empeñan en que la bebida me ha arruinado la
vida si no es así. Gracias a ella las monedas que depositan en mi cestillo parecen
multiplicarse hasta el infinito. Mi endeble casa de cartones parece más amplia,
cálida, y con un suelo tan mullido que ni la mejor alfombra persa. Pero lo
mejor de todo es que la bruja esa con la que he compartido mis últimos años, por
fin, se ha ido de mi lado.
He decidido celebrarlo con un trago largo, brindando
con mi amigo el mono que desde lo alto de la botella me dirige un guiño
cómplice.
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