EL ÚLTIMO DÍA
Miguel Alayrach Martínez
«—No
podría llegar tan bajo como para necesitarle. »
El largo adiós,
de Raymond Chandler
«Será
inolvidable», murmura para sí mientras coge papel higiénico del baño. Con gesto
de aversión limpia los restos de vómito y tira de la cadena. Recobra la
compostura de modo muy femenino empapándose las mejillas para espabilar su
rostro amarillo. Se mira en el espejo, sorprendida. No refleja su cara. Es una
desconocida. Bastante guapa, por cierto, aunque le sobran kilos. «Menuda vaca,
amiguita…». Se gira bruscamente ninguneándola y extrae del bolsito negro algo
de colorete. Perfecta. Los pómulos vuelven a su tono rosado. Las fotos que
colgará en el Face darán que hablar, seguro.
Sale
espléndida del aseo sobre sus tacones de aguja con la intención de disfrutar de
la mejor Nochevieja de su vida. La gente se agolpa en el salón. Faltan cinco
minutos. ¡Qué emoción! Brindará por su futuro. Cierra los ojos imaginándoselo.
Los abre de sopetón.
En un flash ha vislumbrado a la mujer del
espejo dentro de un ataúd. Sonríe con ingenuidad mirando la copa y pensando que
el cava ya está haciendo estragos. ¡Feliz año nuevo!
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