miércoles, 30 de abril de 2014

MITAD VIVO, MITAD MUERTO, por Emilia Privat Ferrando

MITAD VIVO. MITAD MUERTO
Emilia Privat Ferrando

Demediado. Así me sentía cuando ella me llamaba. Mitad vivo. Mitad muerto. Como si una embolia hubiese paralizado la mitad de mi cuerpo. Cuando estaba con Leonor, me olvidaba de todo, incluso de mi responsabilidad como guarda del cementerio del pueblo. Antes de conocerla mi vida transcurría entre tumbas, flores marchitas y las visitas de los familiares entristecidos. Vagaba por los caminos de gravilla, viendo cosas que podían enloquecer a cualquier hombre. Aquellos muros se habían convertido en mi prisión. Nada me importaba.  
Hasta que un tarde, ella apareció tan radiante como el sol en primavera, con una minifalda que dejaba al descubierto unas piernas largas, y una mirada azul que me robó el corazón. A su lado, aprendí a sonreír, a bailar, a gozar de su cuerpo. Disfruté de la vida como jamás lo había hecho.
Pero yo no era el único hombre de su vida y, cuando ella me abandonaba, volvía al mundo de las sombras. Mitad vivo. Mitad muerto.
Un día, Leonor apareció en el cementerio vestida de blanco, la falda le llegaba hasta los pies, el semblante pálido y ojeroso.
—¿Qué hago aquí? ¿Por qué no puedo salir de estos muros? —me preguntó.
Me acerqué a ella, quería abrazarla, protegerla, pero las manos solo acariciaron el viento.
—Tranquila, amor mío, a partir de ahora siempre estarás conmigo.


A Emilia Privat Ferrando le apasiona escribir, inventar historias, jugar con la imaginación. Ha publicado dos relatos y un cuento, pero lo que más le gusta son las novelas. Ha escrito algunas con la intención de presentarlas a concursos literarios. 

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